David Guevara afirma que en menos de tres años se han reducido los alcorques vacíos en 2.500 unidades, lo que no dice es si tenemos 2.500 árboles más. Sigan leyendo.
En estos días está David Guevara, delegado de Transición Ecológica, presentando el plan de plantaciones 2021-2022. Lo hemos visto acompañado incluso de Juan Espadas, nuestro alcalde, el primero en declarar la emergencia climática en una ciudad española.
Un año más, !cuántos ya!, será «uno de los programas de plantación de arbolado más ambiciosos de los últimos años»…
Prometen plantar 5.565 árboles, de ellos 2.271 en viario.
Prometen. Prometen muy bien.
En la pasada campaña prometieron plantar 5.000, de ellos 1.700 en viario, pudimos leerlo en prensa, y acabaron plantando 3.060, de ellos 1.692 en viario.
Prometen. Prometen muy bien.

Ya hablaremos en su momento del desarrollo de esta campaña y de en qué queda esta nueva promes,a pero no es ese el asunto que queremos tratar hoy.
En la presentación de la campaña David Guevara ha resaltado que debido al gran esfuerzo realizado, llevan casi siete años de mandato, se está reduciendo el vergonzante número de alcorques vacíos en la ciudad que, como sabe cualquiera que pasee por nuestras calles, es una lacra reconocida por el propio Ayuntamiento.
El último dato oficial sobre el número de marras en la ciudad (posiciones antaño arboladas donde falta un árbol) puede consultarse en el discutido Plan Director del Arbolado y tiene fecha de Febrero de 2019.
Está desglosado en árboles y palmeras y distingue entre viario, zonas verdes (parques), colegios y arbolado aún sin recepcionar.
El número total de marras en Febrero de 2019 ascendía a 21.888.


Como decíamos, Guevara aprovechó en la presentación para dar cifras sobre la reducción de alcorques vacíos.
En concreto declaró que actualmente hay 10.580 alcorques vacíos frente a los 13.000 que había contabilizados en 2019 y que, por tanto, se habían recuperado cerca de 2.500 alcorques vacíos.
Se refería, parece ser, con estos números y a la vista de las tablas anteriores a alcorques vacíos en viario, en calles, obviando el número total de marras, casi el doble. Pero no es en este detalle que no es menor donde queremos fijar la atención.
El número actual de alcorques vacíos en la ciudad debería obtenerse restando al número de alcorques vacíos declarados en Febrero de 19, los plantados desde esa fecha, a los que habría que sumar los producidos por las talas en ese mismo periodo.
En la página web de Parques y Jardines se publican las talas reconocidas por el Ayuntamiento. Hemos contado las producidas en viario y estos son los números.

Son en total 875 las talas declaradas.
Por tanto y siempre trabajando con datos oficiales, más allá de su verosimilitud, salen las siguientes cuentas:

El número de alcorques vacíos actuales en viario dados por Guevara, 10.580, es tan cercano al obtenido, 10.565 que cabría darlo por bueno.
Lo que no podemos dar por bueno es que se hayan «recuperado» unos 2.500 alcorques vacíos desde Febrero del 2019 y que, por tanto, se haya incrementado en 2.500 el número de árboles en nuestras calles.
Es en ese verbo usado en sus declaraciones, «recuperado», donde se encuentra la falsedad esencial del discurso de Guevara sobre el aumento de masa arbórea. Una cosa es recuperar un alcorque vacío, es decir plantarlo, y otra muy distinta que ya no exista el alcorque porque se haya hecho desaparecer.

Debe quedar claro que no todos los árboles perdidos en la ciudad son publicados por el Ayuntamiento en su lista de talas.
De una parte están documentados casos de árboles maduros que son retirados de nuestras calles sin fichas de tala. Hemos denunciado en Pleno algún caso de tala no publicada, que no tuvo más remedio que reconocer el propio David Guevara, a pesar de la negativa inicial cuando la evidencia era ya manifiesta. Hay un caso reciente e incontestable que avala nuestra tesis. Este verano se produjo un incendio en una de las medianeras de Kansas City que afectó a un gran número de ejemplares, muchos de los cuales se perdieron. Ninguno de ellos está en la lista de talas del Ayuntamiento. No cuentan como árboles desaparecidos en la ciudad.
De otra parte tampoco suele encontrarse entre las fichas de tala, las hemos leído todas, los árboles que se secan en los dos primeros años tras plantarlos. Cabe recordar que la cantidad de árboles que se secan cuando aún no están consolidados es ingente, tenemos cientos de fotos de ellos, año tras año, campaña tras campaña.
En definitiva hay árboles, muchos árboles, su número exacto es una incógnita, que desaparecen de nuestras calles sin dejar rastro, sin constancia pública.
Todos ellos, habría que sumarlos, deberían aumentar la cuenta del número de alcorques vacíos en la actualidad, y sin embargo no están sumados en las cuentas que hemos efectuado para determinar el número de alcorques vacíos, y cuyo resultado coincide como hemos visto con el número ofrecido por David Guevara.
¿Cómo es posible entonces, si de verdad se ha plantado lo que se dice que se ha plantado, que se hayan «reducido» en 2500 el número de alcorques?
La única respuesta posible es que en los 2.500 alcorques «reducidos» no en todos haya ahora un árbol.
Si los números oficiales son exactos, las cuentas correctas que lo son y la declaración de Guevara consistente, cabe deducir que muchos de los alcorques que se dice haber reducido han sido eliminados, cementados, sellados. Ya no son simplemente, ni con árbol ni sin árbol. No existen. Bonita manera de «reducir» los alcorques vacíos.
Por tanto no tenemos 2.500 árboles más, tenemos, eso sí, 2.500 alcorques menos.
¿Y cómo podríamos saber cuántos árboles más tenemos en viario ahora que en Febrero del 19?.
Pues restando a la cantidad de árboles actuales la cantidad de árboles declaradas por el Plan Director que eran 99.791.
¿Y por qué no lo restamos?
Porque esa cantidad, la de árboles actuales no es pública. Porque aun existiendo un inventario, lo hemos pagado con nuestros impuestos, el Ayuntamiento no lo publica a pesar de las innumerables peticiones realizadas.
Estamos, quién puede dudarlo querido contribuyente, bajo un gobierno muy democrático encabezado por Juan Espadas, pero por lo visto eso no nos da el derecho, habrase visto, de saber y poder contrastar algo tan simple como cuántos árboles hay en la ciudad.
Hay que creer. Tener fe. Para creer lo que nos dicen que tenemos que creer, que Sevilla es referente en la lucha contra el cambio climático, en la gestión de su arbolado, en el incremento de su masa arbórea, en tanta palabra verde debería bastarnos por lo visto con sus declaraciones triunfalistas, con sus fotos pala en mano, con sus sonrisas en verde.
No es fácil pero es posible.
Basta con que cerremos los ojos, con que no veamos los miles y miles de alcorques vacíos que pueblan nuestras calles, la evidente reducción de masa arbórea, tanta acera desolada.
Los milagros existen, uno de ellos es que crean que podemos creerles.